Francesco Nicodemo, un consultor político con vínculos con el Partito Democrático (Partido Democrático) de centro izquierda de Italia, ha anunciado públicamente que fue atacado por el software espía Paragon, añadiendo otra capa a la actual controversia sobre el software espía en Italia. Esta última revelación subraya las preocupaciones sobre el alcance y el posible uso indebido de la tecnología de vigilancia, incluso cuando las agencias gubernamentales afirman que dichas herramientas se utilizan exclusivamente contra delincuentes graves.
El relato de Nicodemo y su vacilación inicial
Nicodemo reveló en una publicación de Facebook el jueves que recibió una notificación de WhatsApp que indicaba una posible actividad de software espía en su teléfono, que comenzó hace aproximadamente diez meses. A pesar de ser consciente de la intrusión, inicialmente optó por no hacer público su caso, afirmando que “no quería ser utilizado para propaganda política”. Finalmente decidió hablar, cuestionando las razones detrás de atacarlo: “¿Por qué a mí? ¿Cómo es posible que una herramienta tan sofisticada y compleja fuera utilizada para espiar a un ciudadano privado, como si fuera un narcotraficante o una amenaza subversiva para el país?”. Nicodemo se ha negado a dar más detalles y ha dejado que otros expliquen la situación.
Ampliación del alcance del escándalo del software espía italiano
El caso de Nicodemo amplía el círculo de víctimas del creciente escándalo italiano del software espía. Las víctimas anteriores incluyen periodistas, activistas de inmigración y destacados ejecutivos de empresas. Este patrón de atacar a individuos más allá de los sospechosos de delitos graves plantea serias dudas sobre la supervisión y la justificación del uso de potentes herramientas de vigilancia. El sitio de noticias Fanpage informó inicialmente sobre el caso de Nicodemo, después de que él, al igual que otras víctimas, recibiera una notificación de WhatsApp indicando una posible actividad de software espía.
Afirmaciones del gobierno versus realidad
Los gobiernos y los proveedores de software espía afirman habitualmente que estas tecnologías se utilizan únicamente contra el terrorismo y el crimen organizado. Sin embargo, las revelaciones que se están produciendo en Italia pintan un panorama diferente. John Scott-Railton, investigador principal de The Citizen Lab, destacó la preocupante falta de claridad que rodea a muchos casos. Cree que el gobierno italiano podría y debería proporcionar una mayor transparencia con respecto a los incidentes, y que Paragon también podría ofrecer explicaciones sobre lo sucedido. Hasta que se logre la transparencia, los casos seguirán siendo una fuente de preocupación.
Preguntas sin respuesta y silencio corporativo
Varias preguntas siguen sin respuesta: ¿quiénes de los clientes de Paragon se dirigieron a Nicodemo y por qué? REDLattice, una empresa de ciberseguridad que se fusionó con Paragon luego de su adquisición por parte de una firma de capital privado estadounidense, y la propia Paragon aún no han respondido a las solicitudes de comentarios.
Hallazgos del comité parlamentario y participación de las agencias de inteligencia
En junio, un comité parlamentario italiano, COPASIR, confirmó que algunas víctimas, principalmente activistas de inmigración, fueron hackeados legalmente por agencias de inteligencia italianas, que operan bajo la dirección de la primera ministra de derecha Giorgia Meloni. Sin embargo, COPASIR no encontró evidencia de que Francesco Cancellato, director del sitio web de noticias Fanpage.it, fuera blanco de la inteligencia italiana. En particular, COPASIR no investigó el caso del colega de Cancellato, Ciro Pellegrino.
Los últimos acontecimientos en el escándalo del software espía italiano subrayan la necesidad urgente de una supervisión más estricta y una mayor transparencia en el uso de poderosas herramientas de vigilancia, evitando su uso indebido y garantizando la protección de las libertades civiles.





























